Reflexiones ante la crisis


¿Crisis u oportunidad?

Donde quiera que voy escucho hablar de la crisis.
Personas angustiadas leen diarios y ven noticias esperando escuchar que fue mentira, que la crisis no es real.

Hay quien siente verdadero terror ante la situación. A penas encuentro alguien capaz de ver la crisis como un signo de esperanza, como una oportunidad.

Lo cierto es la crisis nos mantiene más atentos a todo lo que acontece. Nos despierta los recursos dormidos. Nos obliga a reinventar un nuevo modo de vivir. Nos invita a prescindir de todo lo superfluo.
Nos pone de frente ante lo que no queremos ver: Que nuestra sociedad está edificada sobre falsos cimientos, sobre abusos, saqueos, explotación, competitividad...

La crisis solo viene a decirnos que todo eso está caduco y que podemos hacerlo mejor. Nos trae un mensaje de confianza: SOMOS CAPACES DE HACERLO MEJOR. Somos capaces de vivir con dignidad, de respetar, de cuidar, de reducir para compartir, de conquistar la paz.
Somos capaces de crear una sociedad sobre valores solidarios. Hace años que personas y algunas asociaciones lo están haciendo, están siendo un ejemplo válido y real. Comparten y sirven. Aman.
La crisis nos sacude del largo letargo, de la cómoda y poco gratificante rutina. Como una bendición rompe la cristalización de sueños y proyectos en los que nos quedamos prendidos, por no decir estancados. Nos recuerda todo lo que perdimos bajo la engañosa niebla de la seguridad. Esa que anestesió nuestra pasión por la vida.
Tal vez no sea cómoda, pero la crisis es una bella oportunidad. Para enfocarnos en la generosidad, para unificar fuerzas entre culturas.
Es tiempo de ver hermanos en cada persona, en lugar de ver opuestos o enemigos.
Es tiempo de unirnos para amanecer juntos a este nuevo tiempo. Seamos conscientes colaboradores-constructores de una nueva sociedad, basada en el servicio, en la alegría, en la gratitud y la paz... en las relaciones de igual a igual. Es hora de vivir en la luz, pero sin esconder las sombras. Ya nada puede quedar oculto, que las sombras sean acogidas y sean integradas en la luz amorosa del corazón. Ayudemos a la sombra a cumplir su sueño de ser radiante luz.

Autor. anónimo.