LENGUAGE CORPORAL - 1 USO DE GAFAS


Cada vez más usamos lentillas y operaciones láser. A mucha gente le parecen más estéticas que llevar gafas y, sin embargo, pierden el enorme potencial que tienen los anteojos para controlar el ritmo de la conversación. 
¿Sabía usted lo que puede influir en su interlocutor mediante el movimiento de las gafas? Si lee este artículo, aprenderá como mejorar el control de sus conversaciones mediante este elemento tan común.
Las gafas pueden cumplir el mismo papel que el tabaco para un fumador. Llevarse la patilla de sus anteojos a la boca es un gesto de afirmación de la propia seguridad ante el estrés o el nerviosismo. Desmond Morris afirma que llevarse objetos a la boca, sea la patilla de la gafa, el pulgar o un cigarrillo, es un gesto con el que se busca la seguridad que teníamos cuando, de bebes,  succionábamos el pecho de nuestra  madre. Es un gesto de autoafirmación para tranquilizarnos y ganar en seguridad.
Pero, además, llevarse la patilla de las gafas a boca puede usarse estratégicamente.  En toda situación en la que necesitemos ganar tiempo o retrasar una decisión, este gesto nos permitirá conseguirlo de manera socialmente aceptable. En los tratos comerciales, el gesto de morder la patilla de las gafas aparece normalmente antes de tomar una decisión, con objeto de ganar tiempo apara pensar en ella.
Asimismo, quitarse las gafas y limpiarlas es otra forma socialmente aceptable de ganar tiempo. Si su interlocutor hace este gesto o el anterior, lo mejor que puede hacer es quedarse en silencio, pues le está pidiendo de forma no verbal un rato para poder decidirse. Además, los gestos que siguen a estos movimientos son igualmente importantes para saber qué quiere su interlocutor o, si usted lleva gafas, dominar la conversación.
El hecho de volver a ponerse las gafas tras esto, significa que quiere “ver” de nuevo las cosas porque le interesa. Le da permiso para avanzar en el contenido al interlocutor. El hecho de guardarlas significa que la conversación ha terminado. 
Mirar por encima de las gafas (bajar la cabeza y mirar por encima de las gafas sin quitárselas) suele interpretarse como un juicio crítico. Es como si un hombre de gran autoridad nos dijera que dejemos las tonterías o las niñerías. Normalmente, alguien que reciba esta mirada se sentirá ofendido, investigado, juzgado y se cruzará de brazos y piernas, llenándose de paso de sentimientos negativos.  ¿Recuerda ese profesor severo e inflexible que le hacía sentir mal estudiante? Eso es lo que le dirá a otro si le hace este gesto.
La realidad es que, a veces, los que miran por encima de las gafas simplemente usan gafas de corta distancia y no les apetece quitárselas para ver a media y larga distancia. Pero la imagen que transmiten es nefasta para una conversación. 
 Técnica que  permite controlar la conversación a través de las gafas: Quíteselas cuando hable y póngaselas cuando escucha. Esto  relajará a su interlocutor y se sentirá escuchado realmente.